La popularidad de la caza con arco va ligada sin duda a la creación del arco compuesto, los conocidos como “arcos de poleas”.
Gracias a ellos, la caza con arco se ha hecho accesible para infinidad de personas, pues su uso no requiere de tantas horas de entrenamiento como los arcos tradicionales y su rendimiento y su precisión son mucho mayores. Los arcos compuestos se caracterizan por tener en el extremo de sus palas unas poleas accionadas por un sistema de cables. Estas poleas están encargadas de disminuir la fuerza de tensado necesaria para mantener el arco abierto.
Un arco compuesto, a diferencia de los tradicionales, tiene una apertura máxima fija, independientemente del tamaño del tirador. Al llegar a ese máximo es donde las poleas generan un efecto “relajación” que permite aguantar el arco sin mucho esfuerzo y apuntar con calma.
A diferencia de los arcos tradicionales, los de poleas se equipan con sistemas de puntería, estabilizadores, reposaflechas y disparadores, accesorios creados con el objetivo de aumentar la precisión y rendimiento del equipo.
El arco recto o longbow es ligero y manejable. El longbow es conocido también como “arco largo inglés”. Se desarrolló en la Europa de la Edad Media y es el arco tradicional de caza que más ha conservado la estética de los arcos de antaño. Es el representante por excelencia dentro de los arcos tradicionales.
Los más modernos generalmente se construyen intercalando láminas de madera con otros materiales como carbono o fibra de vidrio. Suelen ser arcos largos de más de 65” y se pueden encontrar en el mercado tanto modelos de una sola pieza como desmontables. Muchos artesanos pueden construir estos arcos personalizados y adaptarlos a las exigencias de los clientes.
El longbow es adecuado tanto para caza mayor como menor. Su curva de potencia es progresiva e irá aumentando al tiempo que vamos abriendo el arco.
El longbow no es la elección para los cazadores que busquen en un arco el máximo rendimiento; en cambio, es ideal para aquellos amantes de la arquería tradicional que quieran disfrutar del tiro instintivo más puro.
Del mismo modo que el arco longbow, el recurvado está construido a base de láminas de madera y otros materiales, como la fibra de vidrio o el carbono.
A diferencia del longbow, que básicamente es un palo flexible, los recurvados suelen tener bien diferenciado el cuerpo de las palas, que son las encargadas de flexar y hacer el trabajo.
Su principal característica es la doble curvatura de sus palas, que mejora el rendimiento del arco. Generalmente, es más corto que los longbows, pero con una empuñadura más grande y palas más gruesas que forman un arco más pesado y estable a la hora de su manejo.
En el mercado encontramos modelos desmontables y de una sola pieza, incluso es posible tener un mismo cuerpo de arco con varias palas de diferentes potencias y longitudes para adaptar el arco a diferentes necesidades.
Arco recurvado
En los arcos recurvados, la precisión y el ratio potencia/velocidad es mejor que en los longbows, por lo que suele ser la opción más extendida dentro de los arcos tradicionales. Como en el caso de los longbows, son válidos para cualquier tipo de caza.
Antes de comprar un arco tienes que medir tu apertura.
Para saber que medida de Arco necesitamos, nos mediremos de punta a punta de los dedos y la medida la transformaremos a pulgadas.
Una vez obtenida la medida la dividiremos entre 2.5, y este será el resultado que necesitamos para nuestra elección.
Ejemplo: medida en centímetros 175 cm, en pulgadas 68.8”: 2.5 =27.5
Nuestra apertura será de 27.5
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